Legionarios 1921 - 1927

“Españoles y extranjeros. Los que seáis amantes del Ejército y de sus glorias, los que gustéis de la vida de campaña ¡ALISTAOS!"

Así decía el primer cartel para solicitar voluntarios que conformarían la nueva unidad denominada entonces “Tercio de Extranjeros”.

Y es que la nueva guerra en África, con el enemigo acercándose peligrosamente a Melilla, requería de una unidad de infantería de choque, al estilo de los Stosstruppen de la Gran Guerra, para llevar el combate hasta el contrario, en vez de como hasta el momento, que fuese este quien atacase posición tras posición, que caían como castillos de naipes.

Una infantería de choque dispuesta al último sacrificio, lo que hasta ahora solo se les pedía a los Regulares Indígenas, que vivían siempre con el corazón dividido entre su tierra y su juramento (pese a lo cual demostraron una fortaleza y lealtad digna de la mayor admiración).

Pero hacia falta un equivalente europeo, y en palabras de su Teniente Coronel fundador, d. José Millán-Astray: “Si los franceses tienen su Legión, nosotros queremos tener la nuestra”.

Y así, con el alistamiento del primer legionario en Ceuta, el 20 de septiembre de 1920 (cuya identidad exacta sigue siendo objeto de disputa) nacía esa unidad de primera línea que “pedirá siempre, siempre, combatir, sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años”.